El movimiento obrero (1789-1914)

Las transformaciones en el mundo del trabajo, derivadas del capitalismo, comportaron la formación de la clase obrera. El impulso de las primeras acciones reivindicativas y políticas forjó una práctica que tendría sus principales exponentes en el ludismo, el cartismo y la revolución de 1848. Mientras, desde el socialismo utópico se avanzaba en la crítica a las injusticias inherentes al sistema y se pensaban nuevas formas de organizar la sociedad.
Las experiencias anteriores llevaron a la creación de la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores, la AIT (1864-1876). Esta organización planteó la acción colectiva a nivel internacional y la dotó de u nos contenidos que permitiesen consegui r la emancipación de los obreros como clase.
En esta época se consolidaron las dos grandes corrientes ideológicas del movimiento obrero, marxismo y anarquismo, que proponían vías distintas para alcanzar los objetivos revol ucionarios y transformar la sociedad capitalista. El enfrentamiento entre marxistas y anarquistas junto al fracaso de la Comuna de París y la represión que se desencadenó sobre el internacionalismo dividieron la AIT y llevaron a su disolución.
Desde 1880 se desarrolló un nuevo sindicalismo de masas que incorporó a millones de trabajadores. Este movimiento vino acompañado de la creación de los partidos socialistas, de la Segunda Internacional, así como del sindicalismo revolucionario de carácter anarcosindicalista.